Cuando sofrías el pollo deja el aceite y la grasita que ha soltado como base para sofreír la cebolla.
Cuidado y no te pases de aceite, ten en cuenta que el pollo soltará grasa. Si quieres que tu guiso tengo menos calorías dile al carnicero que te quite la piel, ahí es donde se concentra la mayoría de la grasa.
Deja pochar bien la cebolla, no tengas prisa y hazlo a fuego muy bajo.
La almendra a mí me gusta comprarla entera cruda y yo machacarla en el mortero para luego encontrarme trocitos, si no te gusta así cómprala directamente en polvo.
Yo uso normalmente un vino blanco Montilla-Moriles, pero puedes usar el que más te guste, cuando me ha faltado este lo he hecho con coñac o un oloroso y le sienta fantásticamente bien al guiso.
Una vez todos los ingredientes lo tengamos en la olla no remuevas con cuchara, te recomiendo levantar tu olla de la vitrocerámica y moverla con movimientos circulares, así evitarás que se rompa el pollo.
Este tipo de guisos están más ricos si se hace el día anterior.