- Para que las berenjenas pierdan el amargor y no suelten exceso de agua, las cortaremos en rodajas o longitudinalmente como prefieras, las ponemos en un colador amplio con bastante sal y dejamos que suelten el agua, de media hora a una hora. Una vez pasado el tiempo, las lavamos y secamos muy bien con papel absorbente.
- El grosor de las berenjenas ni muy fino ni demasiado grueso, lo justo para que al hacerlas queden perfectas a la hora de comerlas. Más o menos de medio dedo de grosor.
- Yo no le he añadido patata pero la receta original lleva, así que puedes freírlas un poco, lo justo para que queden blandas y ponerlas como base de la moussaka.
Cuando montes la moussaka presiona bien cada capa, de esta manera te será mucho más fácil a la hora de cortar.
- La bechamel será de cobertura, queremos que quede espesa y no demasiado líquida.
- El queso que he usado para poner en la bechamel es parmesano pero si quieres puedes usar algún queso añejo o semi curado que tengas en casa.
- Ten en cuenta que ya que te pones puedes hacer más cantidad. La moussaka admite bien que la congeles así que ya sabes.