Como me gusta esta época del año, no solo por los días de descanso, sino también por todas las tradiciones que se viven en ella. Una de estas tradiciones es hacer pestiños caseros cordobeses, y digo cordobeses porque se que en cada sitio se hacen de manera diferente, incluso en la provincia podemos encontrar recetas varias. Esta es la que siempre se ha elaborado en casa y es la que quiero compartir contigo.
Los pestiños caseros, junto a otras elaboraciones como las torrijas caseras, leche frita son dulces muy típicos de la Semana Santa o del día de Todos los Santos, aunque muchos de estos se toman en otras épocas del años. La fusión de culturas cristiana, judía y musulmana es lo que nos trajo tanta riqueza en nuestra gastronomía, y en este tipo de recetas su influencia es clara.
Los pestiños caseros se elaboran en muchos lugares de España, y como no en cada lugar tienen su receta particular. Incluso en Andalucía se hacen de manera diferente dependiendo de la ciudad. Creo que más que diferencia en la masa o en sus ingredientes la diferencia radica en la presentación final, por ejemplo en Córdoba se suelen presentar emborrizados en azúcar y canela, a diferencia de otros muchos sitios que los bañan con miel.
Lo que más me gusta es saber que este tipo de tradiciones aún permanecen, en muchas casas se siguen reuniendo las mujeres para hacer la masa, enrollar los pestiños, freírlos y luego repartirlos para las familias. El año pasado estuve en Jerez, allí pude ver como es una pestiñada, me lo pasé bomba, es como pasar un día de campo con amigos pero haciendo pestiños. Una mesa, un barreño lleno de masa y todas allí liando pestiños, aquello fue toda una experiencia que este año no he podido repetir pero que el año que viene no me lo pierdo.
Lo mejor de todo es que, estos pestiños caseros recién sacados de la sartén y calentitos todos metíamos la mano para comer, ufff casi no quedan para llevarnos a casa. Allí los pestiños con miel son clásicos, y además también le ponen bolitas de anís de colores que quedan chulísimos, de tamaño son mucho más pequeños que nuestros pestiños cordobeses, pero igual de ricos.
El origen de los pestiños se remonta al S.XVI aunque seguramente sea más antiguo. En el libro La Lozana andaluza, de Francisco Delicado, encontramos la primera referencia literaria, obra en la que el pestiño es mencionado como parte del repertorio culinario de la protagonista. En el 1791 también aparece en el sainete anónimo Los Locos de Mayor Marca y en El sombrero de tres picos, de Pedro Antonio de Alarcón.
El pestiño tiene cierta semejanza con la shebbakiyya, es un dulce marroquí realizado con tiras de pasta de miel recubiertas de sésamo, que se elaboran con semillas de anís, además tiene almendras, harina, vinagre, canela, azafrán y agua de azahar. Es por esto que se crea en un posible origen común, quizá andalusí. Mientras que el pestiño suele prepararse en fechas navideñas o durante la Semana Santa, la shebbakiyya se consume con frecuencia durante el mes de ramadán por su valor energético, perfecto para romper el ayuno.
Receta de pestiños caseros cordobeses
Ingredientes:
- 1/2 kg de harina
- 150ml de vino blanco (en mi caso Montilla-Moriles)
- 150ml de aceite virgen extra
- 10g de anís en grano o matalauva
- 10g de ajonjolí
- La piel de un limón
- Una pizca de sal
- Aceite de oliva virgen extra para freír
- Azúcar y canela para rebozar
Elaboración:
- Ponemos en una sartén los 150ml de aceite y calentamos, añadimos la piel del limón y freímos hasta que se empiecen a dorar los filos de esta. Sacamos, retiramos la sartén del fuego y aprovechando el calor residual para poner el anís y el ajonjolí y que aromatice el aceite. Removemos bien y reservamos.
- En un bol amplio mezclamos la harina, el vino y la sal.
- A continuación incorporamos el aceite y amasamos hasta que nuestra masa este homogénea y sea fácil de trabajar con las manos.
- Una vez lista la masa vamos haciendo pequeñas bolitas (el tamaño dependerá de como te gusten los pestiños, yo los suelo hacer medianitos, no de bocado) en una superficie lisa estiramos con un rodillo. Esta masa no se pega por el aceite que lleva, por eso no necesitarás poner harina en tu superficie de trabajo, pero si quieres puedes poner un poquito de aceite extendido y así no tendrás problema.
- Estiramos la masa bien finita con ayuda de un rodillo, ya que al freírlos pujarán, es una masa tipo hojaldrada, así evitarás que quede crudo por dentro el pestiño.
- Una vez estirada la masa, unimos los dos extremos metiendo el dedo por el centro y presionando bien la unión para que no se abran al freírlos.
- Preparamos una sartén con abundante aceite de oliva y cuando esté caliente freímos nuestros pestiños por tandas. No debes poner demasiados para que la temperatura del aceite no baje demasiado. Una vez estén dorados por ambos lados sacamos. Pasamos a un plato con papel absorbente, de esta manera evitaremos todo exceso de aceite.
- En un plato preparamos la mezcla de azúcar y canela para rebozarlos, esto al gusto. Yo puse unos 200gr de azúcar y dos cucharadas de canela. Emborrizamos nuestros pestiños y ya los tienes listos para comer.
- En Andalucía o al menos en mi tierra es muy típico tomarlo a media tarde o después de comer con una copita de Pedro Ximenez.
Espero que disfrutéis estos pestiños caseros tan propios de semana santa.
- ½ kg de harina
- 150ml de vino blanco (en mi caso Montilla-Moriles)
- 150ml de aceite virgen extra
- 10g de anís en grano o matalauva
- 10g de ajonjolí
- La piel de un limón
- Una pizca de sal
- Aceite de oliva virgen extra para freír
- Azúcar y canela para rebozar
- Ponemos en una sartén los 150ml de aceite y calentamos, añadimos la piel del limón y freímos hasta que se empiecen a dorar los filos de esta. Sacamos, retiramos la sartén del fuego y aprovechando el calor residual para poner el anís y el ajonjolí y que aromatice el aceite. Removemos bien y reservamos.
- En un bol amplio mezclamos la harina, el vino y la sal.
- A continuación incorporamos el aceite y amasamos hasta que nuestra masa este homogénea y sea fácil de trabajar con las manos.
- Una vez lista la masa vamos haciendo pequeñas bolitas (el tamaño dependerá de como te gusten los pestiños, yo los suelo hacer medianitos, no de bocado) en una superficie lisa estiramos con un rodillo. Esta masa no se pega por el aceite que lleva, por eso no necesitarás poner harina en tu superficie de trabajo, pero si quieres puedes poner un poquito de aceite extendido y así no tendrás problema.
- Estiramos la masa bien finita con ayuda de un rodillo, ya que al freírlos pujarán, es una masa tipo hojaldrada, así evitarás que quede crudo por dentro el pestiño.
- Una vez estirada la masa, unimos los dos extremos metiendo el dedo por el centro y presionando bien la unión para que no se abran al freírlos.
- Preparamos una sartén con abundante aceite de oliva y cuando esté caliente freímos nuestros pestiños por tandas. No debes poner demasiados para que la temperatura del aceite no baje demasiado. Una vez estén dorados por ambos lados sacamos. Pasamos a un plato con papel absorbente, de esta manera evitaremos todo exceso de aceite.
- En un plato preparamos la mezcla de azúcar y canela para rebozarlos, esto al gusto. Yo puse unos 200gr de azúcar y dos cucharadas de canela. Emborrizamos nuestros pestiños y ya los tienes listos para comer.
- En Andalucía o al menos en mi tierra es muy típico tomarlo a media tarde o después de comer con una copita de Pedro Ximenez.
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