Nada más reconfortante para esta época que los platos de cuchara. En casa los guisos y sopas son casi a diario, nos encantan, además de ser platos muy ricos para nuestra salud, son excelentes para nuestro paladar. Hoy toca sopa castellana o sopa de ajo, un plato de aprovechamiento que con los mínimos ingredientes y en un tiempo record se consigue un resultado asombroso, casi parece mentira.
Receta de la sopa de ajo
La sopa castellana o sopa de ajo es un plato típico de la zona castellano-leonesa, compuesta básicamente por pan duro del día o días anteriores, agua o caldo, pimentón de la vera dulce, ajo, aceite de oliva y huevo escalfado como algo opcional. Es una sopa de origen muy humilde, es un plato que se adapta a cada casa o cada cocinero. Hay tantas variantes como ingredientes queramos aprovechar, en muchos casos y para enriquecerla se le añade chorizo o jamón, la mía sí que la lleva y te aseguro que le da un puntito exageradamente rico. Yo he hecho la clásica sopa de ajo porque la cena que había preparado lo requería pero mi abuela le hacía un sofrito de tomate y pimiento y en ese sofrito ponia unas patatas picadas muy finas, esa sopa era muy diferente pero así se hacía en su casa de siempre, luego seguía los mismos pasos pero con ese sofrito anterior.
Este tipo de sopa, era un almuerzo muy frecuente en la antigüedad en muchos sitios de España. A media mañana, se tomaban las sopas de ajo para coger fuerzas, se le añadía uno o dos huevos dentro, que se cocinaban con el calor de la sopa. En ciertos lugares de España es un de los plato típico de la cuaresma. Es un plato adecuado a las costumbres religiosas, al no incluir carne, y su textura y composición recuerda mucho a la estética y sobriedad de estas fechas. Después de una noche de parranda es perfecta como reconstituyente, ya sabes de lo que hablo verdad.
La entrada de hoy es algo especial, entra dentro de #eldesafío, creado por la mente inquieta de Patricia Sánchez. Es un juego encadenado en que un bloguer reta a otro, indicándole un personaje, el cuál irá a tu casa a cenar. Yo tomé el testigo de Manu Torras, amiga a la que le tengo especial cariño ¿lo sabes verdad?. Ella me ha asignado un flamante y controvertido comensal, Hercules Poirot. Menuda visita iba a tener en casa, estaba nerviosa. En casa siempre ha habido novelas de Agatha Christie, las recuerdo siempre en la mesilla de noche de mi madre o colocadas ordenadamente en la librería del salón, pero tengo que decirte que nunca leí ninguna. Tenía que informarme y conocerlo a fondo porque debía ser una perfecta anfitriona de tan ilustre personaje.
Hercules Poirot es un detective de origen belga afincado en Reino Unido tras la I Guerra Mundial. Era conocido por sus refinados y exquisitos gustos, conocedor de la buena vida, se peinaba raya en medio con vaselina, ojos verdes, bigotito emperifollado hacia arriba, bastante gordito, poca estatura y movía las manos como un diseñador de ropa francés. Ante tal semental y hombre de acción que exudaba virilidad de cada perfumado poro y que demostraba una masculinidad violenta e irrefrenable, era como un torrente de testosterona viviente, ¿quién no iba a sentirte intimidado?. Fanático del orden y de la limpieza, por ello tenía que saber muy bien como iba a preparar mi mesa. Había un problema y es que venera la simetría, las comodidades, la calefacción central y la línea recta: en su apartamento no existen muebles ni adornos de líneas curvas. ¿Qué hacía yo con los platos? Porque lo demás estaba controlado. Yo odio las líneas rectas en la mesa, creo que las curvas dan armonía y movimiento, así que tenía que ponerlo a prueba, un señor invitado a mi mesa como Hercules Poirot mantendría la compostura y la educación. Es adicto a los cigarrillos rusos y su bebida favorita es el chocolate caliente. Tenía que pensar un plato digno y del que nunca se olvidara, imagino que entre todos sus viajes había probado miles de exquisiteces y con sus paladar refinado estaba claro que pocas cosas podían sorprenderla a estas alturas de su agitada vida.
El detective Poirot utiliza métodos totalmente distintos a los seguidos por la policía en sus investigaciones, se detiene en el estudio de la naturaleza humana y utiliza la psicología para sacar sus conclusiones y llegar a la solución final del caso. Hace caso omiso a las pistas evidentes, pone especial interés en esos pequeños detalles que al principio pueden parecer insignificantes, pero que luego resultan de vital importancia. Una historia debe tener coherencia, orden, todo debe encajar, a veces lo más sencillo es lo más acertado. Sus células grises son las perfectas compañeras en sus investigaciones por eso a ellas iban a ir dirigidas mi receta. En mi mesa nunca antes se había sentado personaje similar, menudo reto. Pero bueno como bien dice mi invitado ante un problema siempre la solución más sencilla y así lo hice. Esas células grises había que alimentarlas y darles un chute de energía y que mejor que una sopa castellana, reconcentradita, buen sabor y muy nuestra. Unos ingredientes muy básicos, caldo, pan, ajo, pimentón y como no un poquito de chorizo par darle una inyección de alegría al plato. Además este plato tiene su punto intelectual, algunas obras literarias hacen mención de ella: Ramón Pérez de Ayala en su novela «Troteras y danzaderas» menciona lo idóneo de esta sopa tras una noche de juerga «Vamos, hijos, meteos por las sopas de ajo, que no hay nada como eso después de una juerga». El dramaturgo Ricardo de la Vega hizo un poema dedicado a las siete virtudes de las sopas de ajo:»Siete virtudes tienen las sopas quitan el hambre,y dan sed poca. Hacen dormir y digerir. Nunca enfadan y siempre agradan. Y crían la cara colorada.».
La cena transcurrió de manera sosegada y perfecta. Charlamos, compartimos conocimientos y sobre todo disfrutamos. Ante una sopa castellana o sopa de ajo como él prefirió denominarla, nuestras barrigas calientes y nuestra mente lúcida nada podía fallar. Toda una experiencia!!!!
El reto tiene que seguir #eldesafio esta vez va para Laura de Because, amiga y gran persona con la que este año he tenido el placer de compartir premio de Canal Cocina, un viaje en el que aunque ya nos conocíamos, hemos tenido la oportunidad de conocernos mejor. Espero que este reto te apasione y lo plasmes en tus maravillosas fotografías que son toda inspiración. ¿Qué te parece si Zurbarán te visita? Te aseguro que me encantaría así que te lo mando y luego me cuentas todo, besotes.
Ingredientes de la sopa castellana o sopa de ajo
- 1.250ml de caldo casero
- 150 de pan de hogaza duro y bien asentado
- 150gr de chorizo fresco
- 50ml de aceite de oliva virgen extra
- 10 dientes de ajo
- 1 cucharadita colmada de pimentón dulce de la vera
Elaboración de la receta
- Ponemos el caldo en un cazo a fuego medio y mantenemos caliente.
- Pelamos los dientes de ajo. Fileteamos.
- Cortamos el pan, puedes cortarlo en rebanadas o por el contrario cortarlo en pequeños trozos (yo prefiero así)
- Cortamos en dados el chorizo.
- Ponemos en una sartén el aceite y calentamos.
- Incorporamos al aceite los ajos y sin parar de remover, sofreímos. Antes de que empiecen a dorarse añadimos el chorizo. (cuidado que el ajo no se os queme arruinaría toda la receta por su amargor).
- Sofreímos el chorizo y a continuación añadimos el pan troceado. Removemos para que se empape del aceite y de todo el sabor del chorizo y de los ajos.
- Apartamos la sartén del fuego y añadimos el pimentón dulce, con una cuchara removemos hasta que se mezcle con todos los ingredientes.
- Incorporamos esto a nuestro caldo caliente y mantenemos al fuego durante unos 10-15 minutos sin que llegue a hervir.
- Servimos inmediatamente y a disfrutarlo.
Sugerencias:
- Esta sopa se suele hacer con agua, así que si quieres sustituir el caldo por agua perfecto pero con caldo es algo más contundente.
- Puedes prescindir del chorizo o incluso sustituirlo por jamón. Aquí hay sitio para todo, estas sopas varían dependiendo del lugar y de la persona que las haga.
- Un huevo escalfado le sienta genial a la sopa de ajo. Una vez servida la sopa en el plato y bien caliente incorporas el huevo o solo la yema y esperas a que cuaje con el mismo calor de la sopa. o puedes escaldarlo aparte en agua y servirlo encima como punto final de presentación.
- 1.250ml de caldo casero
- 150 de pan de hogaza duro y bien asentado
- 150gr de chorizo fresco
- 50ml de aceite de oliva virgen extra
- 10 dientes de ajo
- 1 cucharadita colmada de pimentón dulce de la vera
- Ponemos el caldo en un cazo a fuego medio y mantenemos caliente.
- Pelamos los dientes de ajo. Fileteamos.
- Cortamos el pan, puedes cortarlo en rebanadas o por el contrario cortarlo en pequeños trozos (yo prefiero así)
- Cortamos en dados el chorizo.
- Ponemos en una sartén el aceite y calentamos.
- Incorporamos al aceite los ajos y sin parar de remover, sofreímos. Antes de que empiecen a dorarse añadimos el chorizo. (cuidado que el ajo no se os queme arruinaría toda la receta por su amargor).
- Sofreímos el chorizo y a continuación añadimos el pan troceado. Removemos para que se empape del aceite y de todo el sabor del chorizo y de los ajos.
- Apartamos la sartén del fuego y añadimos el pimentón dulce, con una cuchara removemos hasta que se mezcle con todos los ingredientes.
- Incorporamos esto a nuestro caldo caliente y mantenemos al fuego durante unos 10-15 minutos sin que llegue a hervir.
- Servimos inmediatamente y a disfrutarlo.
- Puedes prescindir del chorizo o incluso sustituirlo por jamón. Aquí hay sitio para todo, estas sopas varían dependiendo del lugar y de la persona que las haga.
- Un huevo escalfado le sienta genial a la sopa de ajo. Una vez servida la sopa en el plato y bien caliente incorporas el huevo o solo la yema y esperas a que cuaje con el mismo calor de la sopa. o puedes escaldarlo aparte en agua y servirlo encima como punto final de presentación.
Patricia dice
Hola Raquel,
pero menuda aventura encontrar a Hércules Poirot en tu mesa!!. Tengo que reconocer que a mí me encanta porque he leído la mayoría de sus libros, soy una gran seguidora. Siendo como es todo un caballero y un viajero que ha conocido tantos manjares por el mundo, estoy segura de que habrá quedado satisfecho con este plato. Toda una sopa castellana, tradición y actualidad juntas. Te ha quedado una historia maravillosa.
Cada vez que leo un nuevo reto me quedo sorprendida. Es una auténtica labor de inventiva preparar todo el entorno, tanto la historia como la receta.
Enhorabuena porque tú también has superado con creces el reto y ahora toca esperar a Laura… qué ganas!!! un besazo y gracias por participar.
Laura dice
Me encanta esta sopa de ajo, madre mía, qué ganas me han dado de prepararla., ¡¡apetecible a más no poder!!
Y qué decir de Zurbarán, qué ilusión tenerle en casa, a ver qué le pongo ;))
¡Un beso enorme!
manu dice
Ahhhh…Nunca hubiese imaginado una sopa así para Hércules Poiriot, pero después de leer todo lo que has escrito, creo que has dado en el clavo!!!!! Me ha gustado mucho toda la introducción que has hecho de él y de las fotos ni te cuento!!!!!! Seguro que lo pasasteis estupendamente. Que te contó de su vida?, porque , de la manera que es una reunión con él ha de ser de lo mas interesante…
Mil besos