Chutney de cebolla dulce

Las circunstancias mandan y las mías me han obligado a tenerme un poco alejada de todo. Hoy ya puedo decir que mi Lolita descansa en paz, después de casi veinte días de hospitalización en los que desde el primero se sabía el desenlace tanto por su edad como por el padecimiento. Ella nos ha dejado, siempre es duro perder a nuestros mayores, ella junto con mi yaya nos han criado, vivió con nosotros, viajó con nosotros, una más en la familia que hoy ya está en el cielo.
Ley de vida sí, pero a veces con un sufrimiento añadido que creo que en muchos casos se podía evitar, pienso que hay situaciones irreversibles en el que el proceso hasta la temida muerte podía acelerarse, cuanto dolor gratuito sin necesidad, tanto para el que lo padece como para los familiares que estamos a su lado. Pasillos de hospital que se repiten día a día, olores que se te meten en la cabeza y que cuesta sacarlos de ella, imágenes que no borrarás de tu mente por más que lo intentes. Así es la vida nacemos, vivimos y morimos, pero cuanto cuesta asimilarlo….. Igual que los niños deberían nacer con un libro de instrucciones, el aprender a interiorizar la muerte tendría que ser otra de las asignaturas porque por mucho que lo intentemos nunca estamos preparados para ello.

Puede sonar raro pero el día de su marcha fue como una liberación, muchos sentimientos encontrados los que tuvimos la familia pero ese día lo deseábamos todos, ella ya no se merecía estar pasando por aquello y sabemos que fue lo mejor. Ahora ya descansa y seguro que está liándola en el cielo con mi yaya, su hermana, porque menudas eran las dos. Y como decía mi abuela «a mí que me tapen la cara que la muerte es muy fea» y cuanta razón tenía por dios. Espero que hayá arriba estén como en sus años mozos hermosas ellas, disfrutando de una mejor vida y cuidando de todos nosotros.
La vida sigue, el día a día vuelve a su normalidad, el trabajo, los niños, las vacaciones pero su recuerdo es lo que hace que nunca se pierda su esencia y siempre mantengamos a nuestros seres queridos lo mas cerca posible. Toda una vida juntos hace que cada pequeño detalle te recuerde a ellos no hay nada mejor para mantenerlos siempre vivos.
Y sí para mí es un poco extraño hablar de esto y ahora poneros una receta, pero necesitaba desahogarme y este es mi sitio, aquí me explayo mejor o peor, con las palabras que me salen del corazón y como ella era buena cuchara seguro que esto le habría encantado. Gracias a todos de verdad por vuestras palabras de ánimos, mensajes, whatsapps, en esos momentos ayudan y mucho, gracias de corazón.

Receta de chutney de cebolla dulce con melocotón

Ingredientes para el chutney de cebolla dulce

• 1 kg de cebollas
• 3 nectarinas
• Aceite de oliva virgen extra
• 2 cucharadas de azúcar moreno
• 200ml de Pedro Ximenez

Elaboración del chutney de cebolla

Pelamos las cebollas y cortamos en juliana, ponemos en una sartén con abundante aceite y sofreímos a fuego medio bajo sin dejar de remover. Cuando veamos que esté algo pocha añadimos las nectarinas peladas y cortadas en dados no muy grandes. Seguimos pochando a fuego bajo para que no se nos queme, este proceso puede tardar entre 20 y 30 minutos (desde el principio), hay que tener paciencia.
Si las nectarinas no están muy maduras podéis añadirlas desde el principio con la cebolla, yo las incorporé algo más tarde porque las mías estaban maduritass y no necesitaban tanto tiempo de cocción como la cebolla.
Una vez bien sofrito y pochado podemos retirar algo del aceite sobrante, para ello podemos colar. Volvemos a poner en la sartén y añadimos las dos cucharadas de azúcar moreno, dejamos caramelizar unos dos minutos y a continuación añadimos el Pedro Ximenez, mezclamos bien y dejamos que reduzca a fuego medio bajo.
Cuando haya reducido y quedado en su jugo colocamos en botes esterilizados y dejamos enfriar antes de meter en el frigrífico.
Un perfecto acompañamiento para nuestras carnes, bocatas, sandwich, ensaladas. Espero que os guste.

Feliz semana♥︎

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